Los oligarcas del poder angloamericano están con los días contados

 

MSIA Informa

Existen evidencias consistentes de que el mundo, dominado por los oligarcas del poder angloamericano, tal y como hoy lo conocemos, está con los días contados, debido a las rápidas transformaciones en marcha en el escenario mundial, en especial por el avivamiento de la importancia del Estado nacional soberano versus las formas variadas de un gobierno mundial.

Aunque cualquier pronóstico sobre los acontecimientos y los plazos de esa dinámica sea arriesgado, tal discernimiento se refuerza cuando es compartido por cuadros de las selectas esferas del poder político internacional.

Este es el caso del ex diplomático y ex oficial de inteligencia británico Alastair Crooke y del veterano periodista e historiador Martin Sieff, quienes en artículos recientes comentan sin rodeos las consecuencias de los cambios mundiales.

 

El fin de una Era

El artículo de Crooke (director del “Conflicts Forum”, con sede en Beirut, Líbano, entidad dedicada a incentivar el acercamiento entre el mundo musulmán y Occidente), publicado el 25 de junio en el sitio de internet de la “Strategic Culture Foundation”, con el sugestivo título “El inicio del fin de la era Bilderberg,” se remite a los orígenes de la estructura establecida en la post guerra por la oligarquía angloamericana simbolizada por el reluciente Club Bilderberg.

Así dice:

“El inicio del fin de la visión Bilderberg/Soros está a la vista. El viejo orden se agarra hasta con la última uña. La visión de Bilderberg es la noción cosmopolita multi cultural e internacional que supera el viejo nacionalismo, con el anunciado fin de las fronteras instaurando un gobierno “tecnocrático” mundial, económico y político, liderado por Estados Unidos.

“Sus raíces se remontan a figuras como James Burnham, un ex trotkista contrario a Stalin, quien ya desde 1941 escribía que las palancas del poder financiero y económico se deberían colocar en manos de una clase administradora, de una élite que sería la única capaz de gobernar el Estado contemporáneo, gracias a su conocimiento técnico del mercado y de las finanzas. En otras palabras, un llamado para una oligarquía tecnocrática y especializada.”

Crooke comenta cómo las ideas de Burnham llamarían la atención de Frank Wisner, veterano del Departamento de Servicios Estratégicos (OSS) y uno de los fundadores del vasto aparato de espionaje centrado en la CIA, que se consolidaría como uno de los principales núcleos de la estructura oligárquica creada luego de la II Guerra Mundial. De acuerdo con él, Wisner percibió el mérito de ellas “para un orden mundial pseudo liberal encabezado por Estados Unidos y dirigido por la CIA.” La calificación de “pseudo,” afirma, se debe a que las libertades defendidas por Burnham “no tenían nada que ver con la libertad intelectual y las libertades definidas por la Constitución de Estados Unidos,” sino que significaban realmente “conformismo y sumisión” a tal hegemonía.

De acuerdo a Crooke, ese fue el origen del “plan de batalla permanente para un imperio estadounidense global,” el cual necesitaba de un enemigo permanente y “una sofisticada campaña psicológica para mantener vivo “por generaciones” el odio a Rusia.”

Como parte de ese plan de batalla, dice, la CIA plantó en Europa una red de partidos políticos de apariencia “centrista,” centros de estudios estratégicos e instituciones en apariencia independientes y estructuras de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Dice también que esta oligarquía tecnocrática se siente amenazada hoy por el “enemigo en la Casa Blanca,” como se refirió al presidente Donald Trump el editor de la revista alemana Der Spiegel 16/05/2018). Esto porque, afirma, “Les guste o lo odien, el presidente Trump ha estado desempeñando una parte importante con sólo decir los indecible.”

 

Observa también:

“Pero, en Europa, dos errores principales en la ruta de Burnham han contribuido, posiblemente, de forma muy peligrosa, a la crisis: en primer lugar, la política de poblar Europa con emigrantes, como remedio para la demografía negativa de Europa (y para diluir su identidad nacional al grado de apagarla)

“Lejos de conducir a la fusión,” escribe el historiador británico Niall Ferguson, “la crisis migratoria de Europa está llevando a la fisión. La pieza podría llamarse “el caldero del derretimiento”… crecientemente… el tema de la migración será visto por los futuros historiadores como el solvente aciago de la Unión Europea. En sus relatos, el Brexit aparecerá meramente como un síntoma de la crisis.” Y, en segundo lugar, la bifurcación de la economía en dos economías no relacionadas y desiguales, como resultado de la mala dirección de la economía internacional de la élite (es decir, la obvia ausencia de la “prosperidad para todos”).

Por otro lado, Crooke afirma que Trump está del lado equivocado de la Historia cuando embiste contra Irán, como parte de sus concesiones a los dos regímenes de Medio Oriente que lo tienen como enemigo existencial, Israel y Arabia Saudita, en contraste con la actitud europea, favorable a la conservación del acuerdo nuclear firmado con Teherán.

Para él, sin embargo, aunque subyugar a Irán sea la “prueba suprema para el restablecimiento del orden global unipolar,” este país “tiene más apalancamiento para asegurar la supervivencia que el que Trump pudiese haber imaginado,” debido a su papel de eje de las estrategias geopolíticas multipolares de Rusia y de China.

“Estados Unidos llevará al límite su dominio del sistema financiero para estrangular a Irán, y China y Rusia harán lo que sea necesario financieramente o en términos de comercio, para asegurar que Irán no se desplome económicamente -y que permanezca como un pilar del orden mundial alterno multipolar,” agrega.

A pesar de no creer que Europa se disponga a usar su capital político en la defensa del acuerdo nuclear, Crooke señala otro factor crucial para la crisis del sistema hegemónico:

“(…) Lo que estamos diciendo es que la hegemonía del dólar estadounidense ha demostrado ser tóxica de varias formas para el resto del mundo y Trump, al aplicar esa hegemonía a la manera de una pandilla –“¡Nosotros somos América, carajo!,” como dijera un funcionario de la Casa Blanca para describir el punto de vista estadounidense-, está alimentando el antagonismo contra la hegemonía del dólar (si no es que hasta contra los mismos Estados Unidos). Está empujando a todo el mundo fuera de Estados Unidos hacia una posición común de rebelión contra la dominación financiera unipolar estadounidense.

 

Programa Bilderberg

El club Bilderberg, al que Crooke se refiere, fue fundado en 1954 y ha sido uno de los centros de los debates estratégicos de las oligarquías de los dos lados del Atlántico. En sus reuniones anuales reúne entre 120 y 140 personalidades de los campos político, empresarial, militar, periodístico y académico. La reunión de este año (2), realizada en Turín, Italia, entre el 7 y el 10, de junio incluyó los siguientes temas:

-populismo en Europa;

-el desafío de las desigualdades;

-el futuro del trabajo;

-inteligencia artificial;

-Estados Unidos antes de las elecciones intermedias;

-libre comercio;

-liderato mundial de Estados Unidos;

-Rusia;

-computación cuántica;

-Arabia Saudita e Irán;

-el mundo de la “post verdad,”

-acontecimientos actuales.

Cabe destacar también el interés de tecnologías como la inteligencia artificial y la computación cuántica, que habrán de tener un efecto creciente en la llamada Cuarta revolución industrial.

 

Sieff: El mundo cambió, aquí nadie lo percibió

El artículo de Sieff, intitulado “El mundo se trasformó y nadie en los EUA lo percibió” fue publicado por la Strategic Culture Foundation, el pasado 22 de junio.

Dice el autor:

“El mundo se transformó y nadie en Occidente lo percibió. Pakistán e India se unieron a la organización de Cooperación de Shangái (SCO).

“Desde su fundación, el 15 de junio de 2001, el organismo se estableció silenciosamente como la principal alianza y agrupación de naciones en toda Eurasia. Ahora se expandió de seis a ocho naciones y los dos miembros nuevos son las potencias regionales gigantes nuclearmente armadas del Sur de Asia; India con una población de 1 324 millones y Pakistán con 193.2 millones de personas (cifras de 2016). En otras palabras, la población combinada de las potencias de la SCO, ya con más de 1 500 millones de habitantes, se duplicó de un golpe.

“Las consecuencias globales de largo plazo de este acontecimiento son enormes. Probablemente, será el factor singular más importante para asegurar la paz y remover la amenaza nuclear en el Sur de Asia y del 20% de la raza humana. Eleva la fracción de la población mundial total en las ocho naciones del SCO a 40%, incluyendo una de las más poderosas naciones con armas termonucleares (Rusia) y otras tres potencias nucleares (China, India y Pakistán)”.

Sieff registra que el hecho representa un triunfo diplomático para Rusia, desde hace mucho interesada en traer a su aliada India hacia el paraguas del SCO, “visión claramente articulada por una de las mayores mentes estratégicas rusas del siglo XX,, el ex-premier y ex-canciller Yevgeny Primakov, fallecido en 2015”.

Agrega que, el nuevo perfil de la SCO es una consecuencia de una pérdida de rumbo de los EUA.

El movimiento también puede ser una reacción de las más significativas de India a la creciente volatilidad e imprevisibilidad de EUA en la arena global. En Washington y en Europa Occidental, es moda y, de hecho, un reflejo inevitable, atribuir todo eso al presidente Donald Trump. Pero, en realidad, esta alarmante tendencia remonta al bombardeo de Kosovo por los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en 1998, desafiando una falta de sanción en el Derecho Internacional a semejante acción en ese entonces, porque otros miembros clave del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se oponían a ella.

Desde entonces, bajo cuatro presidentes sucesivos, el apetito de los EUA por intervenciones militares imprevisibles en todo el mundo –usualmente desacertadas y sin objetivo- han infligido sufrimientos e inestabilidad en una amplia gama de naciones, primariamente en Oriente Medio (Irak, Siria, Libia y Yemen), pero también en Eurasia (Ucrania) y en el Sur de Asia (Afganistán). La entrada tanto de India como de Pakistán en la SCO es, también un contundente repudio de los EUA.

Al final, el veterano conocedor de los altos círculos de Washington llama la atención hacia la peligrosa actitud de sus pares:

“Entretanto, lo que hemos visto en seguida a este acontecimiento histórico es todavía más extraordinario. Las decisiones en Nueva Delhi e Islamabad no fueron elogiadas, condenadas, e, incluso, observadas en la corriente principal de los debates políticos y estratégicos estadounidenses. Ellas fueron simplemente, totalmente ignoradas. Ver a los líderes y formadores de opinión de una gran superpotencia que todavía imagina ser una hiperpotencia dominante, conducir sus asuntos de esa manera, es potencialmente preocupante y alarmante”.

Concluye, con una mezcla de resignación y certidumbre.

“La realidad es que vivimos en un mundo multipolar –y hemos vivido, por lo menos, desde 2001. Todavía esta flagrante verdad seguirá siendo negada en Washington, Londres y París, en abierto desafío a los hechos abundantemente claros”.

Los análisis antes mencionados son representativas de la visión de grupos del Establishment anglo-americano, los cuales ya admiten la fragilidad de la estructura hegemónica mantenida en las últimas seis décadas. Y de la misma manera, deberían ser tomadas en cuenta en Iberoamérica, donde una considerable parte de las oligarquías locales sigue aferrada a un compromiso de sumisión a las caducas agendas hegemónicas del Hemisferio Norte.

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